martes, 28 de enero de 2014

Tatuajes y batallas

Y sigues hablando de tatuajes,
me preguntas si llevo alguno
y yo respondo si las cicatrices cuentan.

Me muestras los tuyos,
me hablas de los que piensas hacerte,
pero yo callo mis heridas imborrables.

Mi piel es el poema que jamás quedará escrito...

Mi piel,
es un barco ebrio,
no el mapa de un tesoro perdido.
Vive y naufraga entre el deseo y el miedo
entre caricias y recuerdos sin purga.

La piel,
es el borde, un frió cuchillo
hacia el abismo que te amputa de la vida
en un fragmento de incoloro autoestima.

Mi piel es el destello rasgado por tu sombra...

Mi piel,
la tuya y la vida
solo chispean ese instante mágico,
forjando fuego y cuero,
dejando en carne viva la espera del reencuentro
o, casi siempre,
sellando la nostalgia.

- Y ahora, ya lo sabes.
No necesito contar en tatuajes mis batallas.

Mi piel es el poema que jamás quedará escrito.

R.B.

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