jueves, 21 de agosto de 2014

Uno, dos, tres

¿Qué haremos con el viento que ya ha pasado
y nunca se detuvo?

¿Qué haré con su sonido hiriente aun silbando en la caverna?

¿Guardaré en la memoria el brillo de tus ojos
en la última luz de nuestro ocaso?

¿O se hará sombra como tu cuerpo al soñarlo con el tacto?

¿Qué quedará del primer respiro previo a la tormenta?
¿y del segundo beso que me arrastró hasta tus mares?

Te costará creerlo, pero el oleaje se detuvo
y el cielo y el mar bordaron uniforme un manto de silencio.

Tres
dos
uno...

(Conté)

Adiós.


R.B.

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