miércoles, 7 de diciembre de 2011

Nuestro amanecer

El mar que con su dulce fragancia
inunda mis costas
es el mismo en el que bañas tu cuerpo desnudo y distante,
es el mismo en el que tus sueños se empapan con los míos,
el mismo en el que ahogamos a la soledad conjuntamente,
porque también me desnudo al sumergirme
en el deseo loco de alcanzarte
y de llegar nadando hasta tu encuentro.
Pero un mar nos separa,
el mismo que nos une y nos atrapa,
nos encalla contra rocas afiladas
que desangran nuestro amor tejiendo heridas
que solo cicatrizarán con nuestros besos.
Los besos que en la distancia no se alcanzan,
pero que en sueños rozan el eterno delirio,
transformando truenos y trinos
en un dulce despertar dorado
cuyo sabor es tibio como el reflejo de la luna
que encandila nuestro mar, dibujando la distancia,
pero iluminando con su luz el camino:

Esa luz que en la noche y la distancia
pronto será nuestro amanecer.


VUVU.

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