Frente a ti soy monárquico,
mi mirada te ennoblece
sin nececidad de protocolo
ni sangre ancestral.
Frente a ti soy monárquico
mueren mis ideas,
- revolucion y aurora-
mi espiritu romántico muta,
al igual que este concepto cambió:
tergiversandose al hombre
que entrega rosas y versos.
Frente a ti soy monárquico
fuera el Borbón y su sangre,
tu eres la estirpe
GRATIA DEI elegida.
Ven a mi cama,
mi altar de coronación.
En el último gemido
te proclamaré
princesa.
R.B
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